viernes, 24 de julio de 2009

Puertas y portones


Todos los días en algún momento, y mas de una vez abrimos puertas y portones, aveces están cerradas con llave otras veces con un simple empujón logramos abrirlas y casi instantáneamente estamos en el lugar al que debíamos llegar. Hay muchisimas formas de puertas hasta esas que son tan automáticas que con solo advertir nuestra presencia se abren de par en par, o esas puertas giratorias complicadas que hay que abrirlas con cuidado de no lastimarnos ni lastimar a nadie, las puertas que solo podemos abrir desde adentro usando el picaporte o tener una llave para hacerlo, también están esas que empujamos y ya esta... y un sin fin de puertas mas. Pasa lo mismo en nuestras vidas, en nuestra existencia, hay puertas, puertas de muchos modelos, al igual que las que abrimos para ingresar a algún lugar, esas que abrimos con un solo empujón para expresar o liberar lo que tenemos dentro, las que son un poco mas pesadas y cuesta un poco abrir pero en fin, se abre y eso que sentimos, pensamos sale al mundo. Pero están esas mas difíciles y complicadas de abrir, las giratorias, que hay que abrir con cuidado, de a poco, cuidándonos y cuidando a los demás, prestando atención para que lo que dejamos salir no continúe girando y vuelva a entrar sin haber cumplido su misión de salir, las que alguien nos tiene que ayudar a abrir porque no tenemos la llave para hacerlo, y el depender de otro puede hacer todo mas simple, o muy complicado; se presentan también portones pesadisimos que necesitamos la ayuda de alguien fuerte para que nos ayude a empujarlo, entonces pasa que tenemos que esperar el tiempo que sea necesario hasta que llegue alguien que pueda ayudarnos, hay otras puertas de las que somos los únicos propietarios de las llaves que las abren, pero al no saber con que nos encontramos del otro lado dudamos antes de abrirlas. Y hay mucho modelos mas, pero yo preferiría que todas mis puertas sean como un portón automático que con solo presionar un botón, se abren como por arte de magia....

sábado, 4 de julio de 2009

Miedos




Cuantas veces en nuestras vidas sentimos miedo, desde que somos chicos aparecen los miedos, primero a soltar esa mano que nos ayuda a caminar, después el miedo a esos seres que creamos con nuestra propia imaginación, cuando llegamos a la adolescencia el miedo a estar atados y el miedo a ser libres, el miedo a crecer y la necesidad de dejar de ser niños, así llegamos de a poco entre sufrimientos, alegrías, seguridades, miedos y rebeldía a ser adultos, con responsabilidades, mas necesidades, con cargas cada vez mas pesadas, y cada vez con mas miedos... el miedo al fracaso, el miedo al compromiso, el miedo a esas responsabilidades, el miedo a estar solos, el miedo de tomar las decisiones equivocadas, el miedo a nosotros mismos y a nuestros sentimientos. Nos damos cuenta que esos miedos nos entorpecen, que nos atan a situaciones que tal vez no sean las que deseamos, pero sin embargo no dejamos de sentirlos, y son tantos miedos que ya tememos a todo sin darnos cuenta, hasta llegamos a creer que somos personas extremadamente valientes y no nos dejamos vencer por nada, pero no, en el fondo el miedo esta, porque todas esas veces que no actuamos o que no decimos lo que tenemos guardado es simplemente eso, miedo...
Creo también que así como el miedo nos impide actuar, muchas veces nos hace actuar, nos hace enfrentarnos a otro miedo por el miedo mismo de la situación que pretendemos evitar, hace un tiempo se me presento el miedo a la distancia, el miedo a perder esa oportunidad que la vida me estaba poniendo enfrente, dude, sentí miedo, llore, pero tome la decisión de vencer el miedo a la soledad, vencí el miedo a dudar y a siempre esperar, a no jugarme por lo que deseaba... así que lo hice, me jugué, volé en soledad para vencer la distancia, deje de esperar y fui tras esa oportunidad que se me presento, vencí el miedo a eso que no conocía, y lo vencí por mi y a causa de otro miedo...
Es verdad que los miedos siempre están, y que cuando dejamos realmente de tener miedo es cuando llegamos a conocernos totalmente, a iluminarnos, a amar incondicionalmente, pero creo que en el camino para llegar tenemos que aprender a utilizar esos miedos profundos, confusos, y aveces hasta un poco dolorosos para lograr vencer a esos otros miedos...